Nagoya: Más de lo que parece.

sábado, 12 de marzo de 2016


Teníamos un día libre en Nagoya...que en un principio ibamos a dedicar a volver a Kyoto (está a una media hora en shinkansen y pa eso está el JRP) pero al final decidimos quedarnos, y descubrir lo que la ciudad tenía que ofrecernos. Nos parecía una lástima dormir allí tantos días y no dedicar, al menos uno, a ver la ciudad. Me resistía a creer a mi profe de japonés, Sanae...que dice que Nagoya no tiene nada de interesante...Así que fuimos a la oficina de Turismo y compramos unos pases para todo el día que te permiten usar toda la red de metro, y también te ofrecen descuentos en algunos sitios.

El desayuno en el hotel no estuvo mal. Era un pequeño buffet donde tenías desayuno japonés (té verde, sopa de miso, onigiris, algas...) pero también elementos occidentales (zumo, tostadas con mermelada, ensalada...) Al final acabamos haciendo un batiburrillo de todo jejeje.


happy cuchara!

Nuestra primera parada...el castillo de Nagoya, principal atracción turística de la ciudad. No es super espectácular de ver por fuera...más si lo comparamos con el de Himeji...pero la verdad es que por dentro a mi me pareció muy interesante ya que hay muchas exposiciones y cosas que ver. Además, apenas había turistas (bueno...cuatro chinos...en este viaje acabamos hartos de los chinos...) y eso siempre es de agradecer, alejarse del turismo masificado...

casita de té

¡coño...por ahí viene un samurai!

FOTACAAAA
Antes de entrar al castillo...visitamos el palacio de Honmaru...que lo están restaurando ahora mismo pero aún así hay una zona visitable bastante interesante. Conserva unos biombos con pinturas preciosos que te transportan a la época de los cortesanos del periodo Heian...


La entrada al palacio Honmaru

Palacio Honmaru

Palacio Honmaru

Palacio Honmaru
Una vez fuera dimos una vuelta por los alrededores del castillo, que visto de cerca es bastante bonito, y destaca por los característicos "kinsachi" (especie de peces dorados) que tiene en el techo. Lo cierto es que, el castillo, se trata de una reconstrucción, ya que el original fue bombardeado durante la Segunda Guerra Mundial. Por suerte, se pudieron conservar varias cosas...entre ellas, las pinturas expuestas en el palacio de Honmaru que habéis podido ver en las fotografías anteriores. 100% originales del periodo Tokugawa.

Posando antes de asaltar la fortaleza

Pues será una reconstrucción...pero mola jeje

el primer Kinsachi de los varios que nos íbamos a encontrar jeje
El interior del castillo alberga un museo...con exposiciones fijas y temporales. Se pueden ver katanas, monedas antiguas, armaduras de samurai...y en una de las plantas hay una reconstrucción muy chula de una calle de Nagoya del periodo Tokugawa...todo muy bien ambientado y cuidadísimo, como acostumbra a ser en Japón.


punta de katana

monedas antiguas

moneda antigua representando el castillo de Nagoya
En una de las plantas nos encontramos una enorme exposición de insectos...que hará las delicias de los amantes de los bichos pero que a mi (insectofóbica de manual) me puso más mala que otra cosa... Ya me habréis oído quejarme más de una vez de la increíble variedad y absoluta ENORMIDAD de los insectos japoneses. Es como si mutaran aquí...los cabrones. Pues en la exposición podías ver disecados cada uno de ellos...Mariposas del tamaño de tu cabeza...avispas del tamaño de tu mano...escarabajos que podrías confundir con un caniche... en fin. "preciosos todos"

Lástima que en las fotos no se aprecien del todo los tamaños

La más pequeñita del todo es una avispa europea...las de arriba, lo que te puedes encontrar de excursión por Japón cualquier tarde de verano. Doy fe. 

Las mariposas...al menos...eran bonitas

Pero enseguida recuerdo que bajo esas alas bonitas...son putos bichos...

Detalle de una pintura 

En una reproducción de una calle japonesa

La guarida del samurai


Aquí transportaban a las señoritas de bien





Que nos lleven, que estamos cansaos...

Aquí me quedo

Vamos Fuyu...vuela!!!

Pues si que tiene pisos la cosa...

Selfie post-castillo
Al salir el calor nos golpeó como una losa. Así que para huir de él un ratico más nos metimos en una miniexposición de juguetes antiguos...donde vimos cositas muy interesantes.





Pero había que continuar. Aún quedaba mucho por ver en Nagoya. Al salir nos encontramos con unos novios haciéndose un reportaje. Ella llevaba un kimono espectácular...pero yo no podía dejar de pensar en que tenía que estar cociéndose con todo aquello puesto.



Hasta las entradas del metro son molonas
Cogimos el metro y nuestra siguiente parada fue ¡el Museo de la Ciencia! El de Nagoya tiene como característica principal la de poseer el planetario más grande del mundo, con un diametro de 35 metros. Así que como los museos de la ciencia ya en sí nos gustan en España...pensamos que en Japón seria una experiencia curiosa e interesante.


Eso sí, antes nos acercamos a un sitio de fideos a comer algo...ya que era casi mediodía y con las entradas nos habían dado hora en el planetario para la última sesión (alrededor de las 17h)

Fideos fríos...aderezados con yuzu...espectaculares y refrescantes

Itadakimasu
Una vez en el museo...lo mejor es dejar libertad al niño que llevas dentro...y disfrutar como un enano de todas las exposiciones. Además...estaba lleno de niños japoneses adorablemente monos que me dieron ganas de secuestrar...XD






Y finalmente...entramos al planetario...que tenía unas sillas reclinables peligrosamente cómodas. Se estaba tan agustico...que al final entre el estar cómodo, fresquito, a oscuras, viendo estrellitas...y que la voz del tío que relataba parecía que te estaba contando un cuento...acabamos los dos fritísimos. Menuda siesta. Lo mejor fue que al acabar la sesión nos dimos cuenta de que la gran mayoría de los japoneses también estaban dormidos. Eso nos consoló bastante. Claro que a los japoneses lo de ir por la vida durmiéndose por los rincones ya les va...ya...pero nos sentimos muy integrados jejeje.

Oyasumi
Al salir volvimos a coger el metro (ahí...amortizando el bono a tope) hacia el templo Osu Kannon...uno de los más importantes de la ciudad. Es un templo budista que tiene origen en el periodo Kamakura bastante vistoso de ver.                

             
Graffiti japanese style

Osu Kannon

Poniendo Incienso
Al lado del templo hay unas galerías comerciales enormes...llamadas Osu Shopping Arcade. No se si porque era muy tarde o porque no supimos encontrarlas...que la verdad es que no encontramos tiendas frikis (veníamos emocionados pensando que encontraríamos una especie de Akihabara Low Cost) pero lo cierto es que sólo encontramos restaurantes y tiendas de ropa. Eso sí, muy muy barato. En varias tiendas de kimonos llegué a ver yukatas completos a menos de 2.000 yenes...autenticas gangas que se deben a la poca afluencia de turismo en la ciudad. Lástima que tuviésemos poco tiempo ya...no me importaría volver y darle un repaso más a fondo a este centro comercial. Como os dije, Nagoya es un destino de compras muy interesante para presupuestos ajustados.

Una de las entradas
Es sorprendente la gran cantidad de tiendas de ropa exclusivamente masculina que hay en Japón....

Al lado de este gatico es donde queda la gente

Entrada principal
gente super ordenada esperando el metro

Al volver, pasamos por un restaurante que tenía una tarta de frutas que se nos antojó nada más verla...ya que nos recordaba a la mítica tarta de Kyoto que Amir por desgracia no ha podido llegar a probar ya que la tienda cambió de pastelería a restaurante normal.  Así que decidimos entrar. El sitio era muy cool, de esos que te tienes que quitar los zapatos y que la camarera te acompaña a la mesa entre reverencias. Lo malo es que a esa hora estaba casi todo el mundo cenando...y le pareció rarísimo que nosotros nos pidiésemos la merienda. En fin...cosas de gayjins...pensaría. Otra cosa curiosa de este restaurante (curiosa para ser en Japón) es que no nos dejaron la cuenta en la mesa como suele ser habitual...ni había un sitio habilitado para ir tú a pagar al irte...sino que tuvimos que pedir nosotros la cuenta...lo que provocó un momento muy gracioso ya que yo no recordaba como se pedía la cuenta en japonés...y estuvimos como 10 minutos mirando fijamente a los camareros como implorantes de ayuda jejeje. Al final Amir lo solucionó con un gesto con la mano que debe ser universal...ya que a los 5 minutos teníamos la cuenta en la mesa. La tarta estaba deliciosa, por cierto.


Si viviese en Japón estaría obesa...
Volvimos al hotel...y como no teníamos mucha hambre volvimos a tirar de conbini para la cena. Amir optó por katsu curry (muy rico para ser recalentado) y yo por un set tipo bento que, como siempre, estaba sorprendentemente rico...para valer 4 duros.


Y con eso dimos por finalizada nuestra aventura en la ciudad de Nagoya. Lo cierto es que...el tiempo se nos quedó corto!!! Si bien no es tan vistosa a nivel de patrimonio como Kyoto ni tan fascinante como Tokyo...lo cierto es que Nagoya merece una visita...especialmente si queréis descansar de las zonas masificadas y poder sentiros unos japoneses más pasando un día agradable por la ciudad.