La garza blanca y las abejas asesinas

martes, 20 de octubre de 2015


No miento si digo que el desayuno del Towa está cada día más rico. Desayunando así de bien, uno está preparado para lo que sea...el plan del día era visitar el castillo de Himeji. Lo terminaron de restaurar este mismo 2015 y Amir nunca lo había visitado, así que nuestra idea era pasar la mañana en el castillo y la tarde en el monte shosha, que me traía muy gratos recuerdos del viaje de 2008.
Desayunando en el Towa
                   
El "tsuyu" siguió aguándonos un poco la fiesta en Himeji. Cuando salimos del shinkansen y nos dispusimos a recorrer la recta avenida que une la estación de JR con el castillo...se puso de nuevo a llover. 

Un día un poco gris jejeje

Estatua que parece que está pasando frio (imposible, la humedad era insoportable jejeje)



A pesar de estar algo empañado por la rubia, el castillo de Himeji sigue siendo espectacular. "El castillo de la garza blanca", lo llaman, porqué por su forma parece un ave alzando el vuelo...

Majestuoso

La primera anécdota del día llegó en las mismas taquillas del castillo. Una señora de unos 60 años, en perfecto inglés, se ofreció a hacernos una visita guiada gratuita (bueno...gratuita gratuita no...nos dijo que sí disfrutábamos de la visita había gente que le daba propinilla...y con lo mucho que se lo curró como pa no darle jeje) Aún así fue todo un lujo en tener a una guía para nosotros dos. Me costaba asimilar la cantidad de información que me aportó...hasta chistes contaba! Creo que tardamos más de media hora en "entrar" al castillo, porque cada dos pasos había un símbolo, una piedra, un detalle, que requería de su minuciosa explicación.  A pesar de la lluvia, que en aquel momento caía con fuerza, fue muy enriquecedor y pude fijarme en detalles en los que jamás habría reparado de no tener una visita guiada.


Mi guía y yo bajo los paraguas jeje

El trozo de piedra blanco, dicen, formaba parte de un mortero de mochi... lástima que he olvidado completamente el resto de la anécdota jejeje

Las mariposas con cara de mosquito!!! XD

Ya dentro del castillo...muchas escaleras y mucha madera...pero gracias a las explicaciones de nuestra guía...pudimos imaginarnos como era la vida en aquel castillo donde era más importante tener las armas a mano que comida...y que nunca llegó a ser atacado (y si lo hubiesen atacado lo hubiesen tenido crudísímo...los pisos falseados, la laberíntica entrada, los agujeros por donde se lanzaban las flechas o el agua hirviendo...(agua, y no aceite como en los castillos europeos...ya que los castillos japoneses están construidos en gran parte de madera y cualquier cosa que pueda prender en llamas es sin duda una muy mala idea).


Las escaleras de la muerteeee..como para tener prisa

La guía hablándome de como las vigas de madera sostenían el peso del castillo

Uno de los pisos superiores
Durante la visita nuestra guía nos habló de muchos personajes históricos que vivieron en el castillo de Himeji. Uno de ellos, la princesa Sen, que se fue a vivir a Himeji cuando se casó con un guapo noble... Según parece, en Japón admiran mucho a la princesa Sen porqué prefirió casarse por amor a por conveniencia (la habían prometido al hombre que la rescató cuando el castillo de Osaka fue asediado...pero ella lo rechazó porqué unas quemaduras le habían dejado la cara marcada y prefirió irse con alguién más guapo). Ole sus ovarios XD


Pequeño altar sintoista en el piso superior

Otra perspectiva del castillo

Adorno de la punta del castillo del periodo Tokugawa

Realmente es precioso
Ya cuando salíamos del castillo, pude saber más sobre la mujer que llevaba más de una hora explicándome detalles sobre historia y cultura japonesa. Tanto ella como su marido habían sido profesores y ahora estaban jubilados, pero a ella le gustaba ofrecerse como guía turística y así entretenerse, a la par que practicar inglés (nada de practicar, su inglés era muy bueno). Otro ejemplo de que en Japón los jubilados son mucho más activos que aquí, se buscan todo tipo de trabajos y actividades y no me imagino a ninguno sentado en un sofá viendo la tele...Es más fácil encontrarlo subiendo al monte Fuji!!!

Por supuesto, nos hicimos la foto de rigor con nuestra guía, y ella también se llevó una
con su cámara como recuerdo nuestro.


 Después del castillo, y como están incluidos en la entrada, nos dimos una vuelta por los jardines Koko-en, que siempre son una delicia de ver... Por suerte, para entonces la lluvia había amainado.

Momiji en julio!! XD

zen

Jardín con carpas koi

Muuuuchas carpas koi
Las carpas koi, por cierto, simbolizan en Japón longevidad, sabiduría y perseverancia, así como fortaleza ¡ahí es nada! Y es que según las leyendas, las carpas que consigan nada río arriba hasta la cascada y subirla, como recompensa a su esfuerzo, se transforman en dragones. Por eso a veces los japoneses representan a las carpas tan parecidas a los dragones...

Carai...me está quedando muy didáctica esta entrada...

dragonacooos

after the rain

Lo nuestro con los pepinos japoneses es de traca XD

Yo quiero un jardincico de estos pa mi casa

Descansando un poco

Abuelicos de pega a la puerta de una tienda...


Soy la princesa Seeen!!!


Al final la visita al castillo se nos había alargado más de lo que estaba previsto, pero aún así no quisimos renunciar a continuar con el planning (nosotros cuando viajamos vamos con el planning a muerte...a cuchillo...llueva o truene) jeje Por suerte el tiempo aguantó y no calló ni una gota más en toda la tarde.

Mientras esperábamos en la estación de autobuses (el monte shosha está algo retirado y tienes que coger un autobús que te deja allí en una media hora) una señora de mediana edad se puso a darme conversación, lo cual me dio ocasión de practicar algo de japonés y fue una anécdota muy agradable.

Una vez en destino...estuve a punto de entretenerme a mirar si aún seguía en pie aquel restaurante mítico de la cabra (véase viaje 2008) pero como he dicho, íbamos algo justos de tiempo y en shosha si te cae la noche se te llena aquello de kodamas y da un canguelo que no veas...

En el teleférico...no por vaguería sino porque no conozco otra forma de subir jeje

Budas del camino

Más budas del camino



Las vistas

Un alma caritativa (y aburridísima) había dibujado un mapa en el banco...

Con estos arboles flipé

Pero mucho
 Lo guay de que el día fuese lluvioso, es que pudimos hacer el camino envueltos en una neblina que hacía el camino mucho más especial y misterioso. Además (quizás también por el clima) apenas había ningún turista por lo que estuvimos solos casi todo el tiempo...

Toris que te llevan a la otra dimensión
Llegamos al maniden, que es la construcción principal, construida sobre pilares de madera en una cuesta que yo que sé como coño lo han puesto ahí...con ese árbol enfrente que sigue siendo igual de espectacular que en 2008. Hay cosas que no cambian pero hay que ver lo que cambiamos nosotros...



Había por todo el monte shosha unos escarabajitos metalizados que eran hasta bonitos, y mira que para que una insectofóbica como yo diga que un escarabajo es bonito... pero lo eran jeje. Lástima que luego tuvimos más experiencias con insectos...esta vez menos agradables...
Escarabajo kawaii


"El último samurai" es una de las pelis preferidas de Amir, así que era visita obligada el complejo de templos que sirvió como escenario para la casa de Matsumoto y varias escenas más de la peli.
En el complejo de templos donde se rodó "El último samurai"

"Ha sido una buena conversassión"



Ahí teníamos dos opciones. O volver para atrás y desandar lo andando, ya que la tarde avanzaba y sólo había ropeway hasta cierta hora...o coger un caminito en cuesta arriba que no sabíamos a donde llevaba. Cogimos la segunda opción, obviamente. Una no se va a Japón para rajarse ante el primer caminito misterioso que se encuentra.

Llegamos a un claro donde había unas vistas muy chulas, y una especie de... depósito? algo raro? cubierto con papel pintado y un banquito rojo donde nos hicimos algunas fotos. Ni un alma, por supuesto. Al empezar a bajar empezó la pesadilla. Primero Amir se asustó porque vio un ciervo (eso o el rey del bosque de la princesa Mononoke...no se...) y a los pocos segundos una avisposaurus rex empezó a perseguirnos. Creedme, debía ser un espectáculo vernos y oírnos (yo iba gritando como si me fuese la vida).

Sé lo que estáis pensando...que exagerada. Sólo es una avispa. Si no les haces nada no te pican. Tiene más miedo ella que tú. Y una polla como una olla. No habéis visto el tamaño de uno de esos bichos, y no ha pasado a vuestro lado zumbando como si fuese un reactor.

Para que os hagáis una idea...las avispas japonesas son tal que así de "pequeñas"
y matan decenas de personas en toda asia cada año

Vamos...para no correr. Lo peor es que no vino sola. Una amiguita se le posó en la mochila a Amir poco después. Creedme que al poco tiempo estábamos corriendo hacia el teleférico en plan
"el campo no es para mi"

Si alguna vez vuelvo a Japón...juro que será cuando esas hijasdeputa estén hibernando.


Las vistas desde lo profundo del bosque

Aquí aún estábamos frescos y sonrientes

Lo increíble es que nos diese tiempo a hacer fotos entre carrera y carrera

Los testigos de nuestra precipitada bajada

Yokai? 

El monte...ya desde la seguridad del teleférico

Con la mascota de Himeji

Esta foto es la foto de una foto, pero da el pego jeje

Cuando volvimos a la civilización, nos encontramos un Oktoberfest. Que les gusta a los japos un Oktoberfest...que pueden organizarlo en cualquier momento y lugar. El primero que vi fue en Octubre en Tokio, y me pareció normal...el segundo fue en septiembre en Hiroshima...y pensé...bueeeno, se han adelantado un poquito. Pero el de Himeji en julio sí que no me lo esperaba jeje. Aún así siempre es un placer ver japos pasándoselo pipa.



Japos vestidos de tiroleses...vivir para ver
Un pequeño video de muestra

Despidiéndonos del protagonista del día

Antes de regresar a Kyoto, nos dimos una vuelta por la zona comercial de Himeji, mirando tiendas y comprando algún recuerdo. El mejor momento yo lo viví cuando entré a chafardear en una tienda de ropa... menos de 5 minutos estuve dentro echando un vistazo...pero al salir veo que la dependienta me llama y me dice que coja un regalo. Eran cositas de origami... me la quedé mirando en plan "oiga si ni siquiera he comprado nada" Flipante. Genial. Japón en estado puro.


El shinkansen hacia Kyoto
Después de un tranquilo viaje en shinkansen, llegamos a Kyoto y para cenar acabamos en el sitio de los tickets de la esquina (que ya he dicho que es bueno, bonito y barato...y además no cierra -la mayoría de los restaurantes de la zona de la Kyoto Station a las 9 te dicen que donde vas a cenar tan tarde...en fin)

La verdad es que la cena estuvo deliciosa, y fue muy merecida después de todas las emociones vividas. Set de katsudon para Amir y para mi Gyudon junto con unos fideos fríos con cebolla y aliñados con lima que me encantaron tanto que tengo que intentar hacerlos en Barcelona....



itadakimasu!!!

Y en el próximo capítulo...el festival de Gion... toda una delicia para los sentidos.