"Hiroshima, mon amour"

domingo, 23 de diciembre de 2012



Ultimo amanecer en Kyoto y última vez que disfrutábamos del suculento y revitalizante desayuno del Towa. No se los demás, pero yo ya sentía morriña de Kyoto antes de irme, Sigue siendo mi ciudad favorita de Japón.

 Fotito de despedida...y con yukatas!!! (homenaje a los viejos tiempos jajaja)



 Una vez más con la maleta a cuestas, nos dirigimos hacia el Shinkansen que nos llevaría hasta nuestro próximo destino, la tristemente célebre Hiroshima. El trayecto en sí, de unas dos horas y media, fue bastante coñazo. No conseguimos reservar asiento y tuvimos que buscarnos la vida para encontrar sitio en el tren. Conclusión, que no solo estuvimos separados sino que algún pringao (entre ellos yo, la pringada mayor) no pudo encontrar donde sentarse hasta casi el final del viaje…

Eso sí, con tanto buscar asiento la verdad es que se hizo corto. Y puedo decir que ha sido de los pocos trayectos de este viaje en el que no he dormido, más que nada porque aún no he desarrollado ese superpoder que tienen algunos japoneses de dormir de pie,,,

Llegamos a Hiroshima y la verdad es que la primera impresión que me produjo Hiroshima (al menos la estación) es que olía tremendamente bien y estaba llena de pastelerías con cosas riquísimas. 

 Bienvenidos a Hiroshima, la pesadilla de cualquier diabético...


Una de ellas, llamada “Danish Bar” (según Dani….”su bar” XD) vendía una especie de churros que estaban tan ricos que arrasamos con todas las muestras y Raquel estuvo soñando con ellos toda la noche hasta que al día siguiente pudo comprarse otro.


 Que cara de viciosos....



El trayecto hacia el albergue fue algo accidentado. Teníamos que coger un tranvía y siendo 10 personas con sus respectivas maletas…pues pasó lo que tenia que pasar tarde o temprano, que la mitad se quedó en tierra porque no cabían. Para más inri, nadie de los que pudimos subir al tranvía había estado nunca en Hiroshima…y sólo teníamos la referencia de lo que Dani nos había gritado antes de que se cerrasen las puertas (si…podéis imaginar la escena) que supusimos que era la parada donde nos teníamos que bajar.,..Pero no lo teníamos muy claro…porque llega un momento en que todas las paradas te suenan igual.

Milagrosamente nos bajamos en la parada correcta y al poco rato llegaron los demás. Juntos nos dirigimos a nuestro albergue, de la empresa JHoppers. Recomiendo muy mucho esta cadena de albergues si os queréis alojar en un sitio bueno, bonito y barato en Japón. Son prácticos, limpios, equipados con todas las comodidades…con zonas comunes y cocina para uso de los huéspedes. En serio, todo un placer estar allí. Si vuelvo a Japón (sin el condicional, porqué volveré seguro XD) volveré a alojarme con ellos.

 Un albergue con las camas super cómodas y limpias...this is Japan XD
 

Nuestra idea de comer otonomiyaki por allí cerca…pero al final tuvimos que descartar el plan porqué era bastante tarde (las 3 de la tarde es tardísimo para comer en Japón) y la mayoría de los bares y restaurantes estaban cerrados ya…así que nos acercamos al convini más cercano y compramos comida, que luego pudimos comer tranquilamente en la sala de estar del albergue. 


 La cocina...todo un ejemplo de convivencia sana entre los inquilinos del albergue

                                                      La sala común....con guitarrita y todo por si nos daba por arrancarnos por bulerias
 
Una vez comidos y reposados cogimos de nuevo el tranvía para la visita obligada al parque memorial de la paz y el museo conmemorativo de la bomba de Hiroshima. No es una visita agradable, pero es una visita necesaria. Estuvimos allí dentro hasta que cerraron…prácticamente nos tuvieron que echar…la verdad que a pesar de la dureza de algunas imágenes y de algunos relatos daban ganas de quedarse allí más tiempo aprendiendo sobre lo que pasó. Aunque también os digo que yo salí de allí con muy mal cuerpo, sobre todo porqué era de noche y lo primero que vimos al salir fue el monumento de la paz, con su llama encendida por todos los fallecidos y, imponente, la cúpula del único edificio que quedó en pie en la ciudad aquel fatídico 6 de agosto de 1945. 


 Estos señores eran simpatiquísimos. Estaban allí en un parque echando la partidita de la tarde y cuando vieron que les hacíamos fotos se pusieron a posar. Hiroshima tiene muchísima vida y la gente es super amable, es otra de las ciudades japonesas donde viviría sin dudarlo.


No se a los demás, pero a mi me dio un bajón horroroso. Sobre todo cuando nos acercamos a la zona del parque donde está el monumento a los niños, con millones de grullas de papel que la gente ha ido donando y que almacenan allí. Yo había hecho una en España cuando pasó el terremoto, y había hecho conmigo todo el viaje porqué mi idea era dejarla allí, en el memorial…con tan mala suerte que me la dejé en el hotel…lo cual contribuyó aún más a que mi estado de ánimo fuera digno del final de “La tumba de las luciérnagas” (que por cierto, el otro día le evité un trauma a un niño evitando que su madre le regalase esta peli por Navidad. 6 añitos la criatura. Para que luego digáis que no salvo la humanidad como vendedora en el Fnac. He salvado una infancia cambiándole la peli por “Ponyo en el acantilado” jaja)

 Ana frente a la zona más dura del museo....con difuras malrolleras de gente siendo licuada por la bomba...

 Reloj parado a la hora exacta del desastre....fueron madrugadores los hijos de puta

 Como quedó la ciudad....

 Pasillos del museo....

Triciclo calcinado (os ahorro las fotos de personas calcinadas...)

Manchas en una pared producida por la "lluvia negra" radioactiva y tóxica. Porqué lo peor no fue la detonación...

 Dibujos de supervivientes....

                                                     Todos frente al parque memorial de la paz...al fondo...la fámosa cúpula de Hiroshima.






 Yo...modo "que nadie se me acerque que quiero estar sóla" XDDDD

 Grullas...

                                                                         La cúpula de cerca


Ya como cosa curiosa, nos dedicamos a buscar el punto exacto donde cayó la bomba (morbosos nosotros, para nada) que no está allí en el memorial, sino en una calle cualquiera de la ciudad (si no fuese por una placa cutre que han puesto seria imposible saber que es allí…) Mientras buscábamos acabamos entrando en una tienda friki, que teniendo en cuenta que en Kyoto no hay muchas y que aún no habíamos pisado Akihabara, colmó nuestras ansias otakus de frikeo. Yo y Marina estuvimos un buen rato babeando en la zona de material para ilustración y dibujo…y acabamos comprándonos varios rotuladores tirados de precio.

 Kekos, kekos everywhere...

Buscando el castillo de Hiroshima (que al final no lo encontramos) dimos con unas galerias comerciales bastante animadas, donde pudimos ver tiendas de todo tipo y estuvimos entretenidos hasta la hora de cenar. Respecto a la cena…como no lográbamos ponernos de acuerdo (básicamente unos cuantos querían MdDonals y los demás queríamos introducirnos de lleno en la comida típica local yendo a un local de otonomiyaki (o “economiyaki”, como lo bautizó Nuria jejeje) 

Otonomiyaki in progress

Matrimonio de otonomiyakeros simpáticos

 Gente zampando otonomiyaki...el equivalente japo a tomarse uans bravas en el Bar Pepe. Genial.

Así que nos dividimos, cada uno pilló para llevar la comida que se le antojó, y nos juntamos para comer en una terrazita muy apañada que había en el albergue. 

 Itadakimasuuuuuuuuuuuuuuuuuuu

Después de aquello, ducha rápida (se echó de menos un onsen…ooooooh) y a dormir prontito, que al día siguiente nos esperaba uno de los mejores días del viaje, pero también de los más agotadores físicamente: la visita a la isla de Miyajima y la subida al monte Misen.


FUSHIMI INARI, NARA Y OSAKA EN UN DÍA. Y SIN DESPEINARNOS

domingo, 18 de noviembre de 2012



Amanecía un nuevo día más en el estupendísimo ryokan Towa. Y amanecía seriamente temprano, en el que sería un día maratoniano para nosotros.Después de desayunar (este año no hemos renunciado al desayuno del hotel ni un sólo día, que hay que ir bien alimentaos de excursión) salimos hacia la Kyoto Station a coger la linea JR que nos llevase a Fushimi Inari. El Fushimi Inari es un santuario sintoísta dedicado al espíruto de Inari (que está representado por un zorro). Es conocido por los miles de toris rojos que delimitan el camino por la colina hacia el santuario. Es sin duda uno de mis IMPRESCINDIBLES para visitar en Kyoto.




Eso sí, la experiencia de visitarlo con temperaturas veraniegas fue...algo más inquietante que la 1º vez. Y es que algo del misticismo del lugar se fue al carajo al ser constantemente acosados y atacados por millones de mosquitos, tener que ir esquivando telarañas con dueñas aterradoras...si hasta a Patri la atacó una mantis religiosa! jajaja  En el momento fue muy agobiante pero la verdad es que ahora desde la distancia lo veo hasta divertido.

                                    Mira que bonito el farolill....COÑO, que mierda es esa cosa!!!! Ahhhg!!!!



Uno de los momentos más divertidos del recorrido fue cuando nos encontramos un perrete con pañales en un capazo allí en medio de la nada. Esta vez no había gatos (yo creo que se los habían comido las arañas y por eso eran así de gordas).

Ayyy que fácil es hacerme feliz XDDDD
Bonito, eh?


                                                          Pidiéndole cositas a los Onis...que por cierto...GRACIAS ;)


                                                                                           Fotito de grupo

Una vez arriba y hechas nuestras oraciones al zorrito (o zorrita XD) emprendimos el camino de bajada. Lo guay es que puedes bajar por un sendero distinto al de subida y así te vas encontrando cosas nuevas y todo es más ameno. No sólo encontramos un puesto donde comprar Toris pequeñitos bendecidos (yo no compré porqué ya tengo del 1º viaje) sino también un puesto de un artesano de la madera que talla unos zorritos encantadores y donde también pudimos comprar unas postales hechas de madera la mar de originales.
Ya abajo teníamos que emprender rumbo a Nara y ya ibamos bastante tarde...pero no pudimos evitar ser abducidos por un par de tiendas de souvenirs y acabar comprando entre todos -por puro vicio- una caja de yatsuhashis de chocolate y fresa. Llegamos por fin a la estación del tren y mientras esperábamos decidimos que era "cofee and melonpan time". Y así emprendimos la marcha hacia Nara, hinflandonos a bollos. Marina había comprado un melonpan relleno de crema de melón!!! que estaba bueno pero era empalagoso hasta decir basta...y no fui capaz de terminarme.

                                                                                            "Melonpan time"

Bien alimentados llegamos a Nara, donde el solazo de mediodía se alzaba amenazante en un cielo totalmente despejado. Menos mal que "Ma-marina", siempre pensando en todo, se había traído crema protectora para el sol, porqué sinó habríamos acabado todos con una cara y una espalda más propia de un Holandés en Marbella que de un españolito en Japón.

Nara está tan preciosa como la recordaba, con su enorme parque salpicado de templos y con mucho ambiente siempre. Nos sorprendió encontrarnos muchos grupos de escolares que iban de excursión, y son super simpáticos y siempre dicen "Hello" cuando ven un grupito de extranjeros. Allí también volvimos a tener contacto con los ciervos de Nara.

Lo de los ciervos de Nara es algo inquietante. La primera vez que vas te parecen muy monos y hasta educados (te hacen la reverencia para pedirte galletas -true story-) pero tienen un lado oscuro muy chungo...que va desde moderte el culo a directamente hacerte un "fatalitie"  para dejarte K.O. Llamadme miedica, pero yo me acerco a ellos lo justo. XDDDD

                                                 No miento. Hasta había carteles que lo advertían....KNOCK OUT!!!


Llegamos al Todaiji, o el "sugoi templo" más tocho y más impresionante que he visto en Japón (y ya puedo decir que he visto muchos jeje). Por supuesto volví a entrar y por supuesto volví a hacerme un montón de fotos estúpidas en la puerta. Y como creo que la primera vez que pasé por la columna me dió bastante sabiduría (sólo hay que ver lo mucho que me madurado y cambiado en 4 años) volví a pasar...porqué el cerebro de Buda esconde muchos más secretos y estoy deseando conocerlos todos.

                                                                                               Sugooooi.... 2.0

Además pasar por el agujero es muy divertido y da para hacer videos como este XDD



Una vez vistos todos los templos que nos apetecieron (que fueron básicamente el Todaiji y...el Todaiji XD) nos sentamos a merendar los yatsuhashis en un parque, mientras observabamos como 2 ciervos se peleaban por tirarse a una ciervita que encima luego les dió calabazas a ambos. Cualquier paralelismo con la realidad...mera coincidencia.Estabamos ya bastante cansados y nos dirigimos a la estación. Para volver a Kyoto...pensáreis. No. No no. Eso es de cobardes. La noche es joven y nosotros nos vamos a Osaka. Porqué Osaka tiene que molar. Pensamos. Inocentes...XDDDDD




Así que allí nos plantamos, en el famoso barrio Dotonbori. El barrio que inspiró Blade Runner. No se quien me dijo que Osaka es el aspecto que tendría Lady Gaga si fuese una ciudad...y no podría ser una afirmación más cierta. Las luces, la gente, el ambiente...todo tiene un tufillo cutre y decadente que te atrapa desde el minuto 1. Nada que ver con la serenidad y el orden de Kyoto, sino más bien todo lo contrario. Tampoco creo que se parezca a Tokyo, ni a ninguna otra ciudad japonesa donde haya estado. Osaka es el Bronx!!! XDDDDNuestra experiencia osakil llegó a su punto culminante a la hora de cenar. Famélicos por no haber hecho una comida decente en todo el día, entramos en el primer sitio donde nos pareció que todo era bueno, bonito, barato. Un señor con un cartelito de "pinchos a 80 yenes" nos atrapó cual moscas en un panal de miel...De nada sirvió que alguien comentara "este sitio es sospechosamente económico", que cuando nos quisimos dar cuenta estábamos en un 5º piso, en un reservado bebiendo cerveza y comiendo pinchos de cosas rarísimas (y algunas de ellas no aptas para estómagos sensibles).

La sorpresa llegó cuando bajamos a pagar y nos pedían una cifra desorvitada, que para nada tenía que ver con lo que habíamos calculado. Echando on ojo pudimos comprobar que no sólo los pinchitos no valian 80yenes, sino que además nos habían cobrado el reservado (carísimo), unos aperitivos que no habíamos pedido...y todas las bebidas!!! Vaya, que lo mismo te cobraban por una cerveza que por una jarra de agua (en Japón es rarísimo que te cobren el agua). Fue un momento tenso...muy tenso...con Marina y Dani intentando hacerle entender al camarero que eso no era correcto y que no ibamos a pagar por cosas que no habíamos pedido y de las que no se nos había informado. La barrera idiomática no es excusa. Nos estaban timando y punto. Al final Nuria entró en acción y con un gesto y la única palabra que sabía decir bien en japonés (IEE = NO) consiguió lo que 15 minutos de negociación no habían conseguido, y es que nos descontaran casi la mitad de la factura. Yo creo que se acojonaron y por eso al final cedieron.

De todos modos seguimos saliendo de allí cabreadillos, y en general algo desencantados. No mola que te timen en Japón. En cualquier otro país vale...pero en Japón no te lo esperas y te sabe especialmente mal. Para quitarnos las penas Vero y yo nos zampamos una bandejilla de takoyakis...porqué yo no podía irme de Osaka sin comer takoyakis. Es como ir a la plaza mayor de Madrid y no comerte un bocata de calamares. No hay otra opción.

                                                                    Mmmmmm ....6 pequeños bocaditos de placer...

Y caminando caminando y riendonos de la situación (que es lo importante, reirse de las "anecdotas"y no dejar que te amarguen ni un segundo del viaje) se nos hizo tardísimo...y no estábamos seguros de hasta que hora pasaban trenes hasta Kyoto, ya que teníamos que hacer varios transbordos y un buen rato de camino. Así que en general el trayecto de vuelta a casa fue un pelín estresante (la idea de quedarnos tirados una noche en Osaka no era tentadora, queríamos volver al cobijo del Towa y sus futones calentitos). Pero tuvimos suerte -esa potra que, en general, nos acompañó durante toooodo el viaje- y pudimos llegar sin problemas, no sin antes vivir un par de momentos más para el recuerdo...como los chicos bailando Break Dance en el metro de Osaka, el señor que limpiaba el pasamanos de la escalera mecánica en la Kyoto Station -que fue como un....wellcome back to JAPAN XD y ah! la parada de metro llamada FUKUSHIMA con la que podríamos haber acojonado a nuestras familias pero no lo hicimos porqué somos buenos...


                              ¡Mira mamá donde he ido hoy!!! Y me ha salido un 3º ojo en la frente, como a Ten Shin Han!!!

Porqué somos buenos y estábamos literalmente reventados. Como yo ahora.

Ale, buenas noches :)  Poquita broma que en el próximo episodio nos vamos a HIROSHIMA!!!

DÍA 2: DUENDES, PEPINOS, TEMPLOS Y BAMBÚ. MUCHO BAMBÚ.

domingo, 11 de noviembre de 2012

Amaneció nublado el día en Kyoto. Después de zamparnos el desayuno de Mamá Pato (esta vez síii, había huevo escalfado!!!) nos vestimos y salimos rumbo a la estación de autobuses. Pero ahí nuestros caminos se separaron. Por un lado, Dani y los demás se fueron a ver el templo dorado, una maravilla que sin duda uno no debe perderse si visita Kyoto por primera vez. Por nuestra parte, Vero y yo decidimos volver a las tiendas que rodean el Kiyomizu-dera, ya que nos quedaron pendientes algunas compras y porqué...porqué francamente nos apetecía más.

                                                                    Esto sí eran desayunos como Dios manda...


Al principio nos dio algo de cosilla el como nos ibamos a apañar solas por Kyoto con mi super japonés macarrónico, pero la verdad es que como los empleados de la Kyoto Station son un encanto de personas y muy eficientes, enseguida cogimos el bus correcto y nos plantamos allí. Las "duendecillas" sueltas por Japón!!!! Lo malo fue que nada más llegar empezó a llover bastante, y aunque llevábamos chubasquero tuvimos que comprarnos un paraguas de esos transparentes (a mi ya me vino bien, porqué quería comprarme uno igualmente...aunque luego cargar con él por todo Japón fue un coñazo XD). Nos hartamos de ver tiendecitas aunque la verdad es que hicimos pocas compras. Yo estuve muy tentada de comprarme un kimono de 2º mano por el ridículo precio de 1.000yenes, pero al final le encontré muchas manchas de viejuno que era...y me lo repensé.

Uno de los mejores momentos de la mañana fue cuando a Vero y a mi se nos antojó comprar un pepino pinchao en un palo que vendían en un puestecito. (inciso: los pepinos japoneses son más largos y estrechos que los occidentales. Y no amargan) (inciso 2: estoy hablando de hortalizas, que tenéis la mente muuu sucia) La cuestión es que la venerable señora vendepepinos me ofrecía una bolsa que yo pensé que era para meter el pepino y me dispuse a agarrar el susodicho vegetal por el palo de madera. Entonces la señora me empieza a echar una bronca increible en japonés y a fuerza de gritos y miradas de incomprensión logro captar que me tengo que poner la bolsa en la mano y luego ya elegir el pepino. Cuando lo hice bien la señora me aplaudió como si acabara de ver a un mono dar una voltereta. XD Fue bastante humillante...

El pepino estaba muy rico. Al menos.


Sí...lo se. Me sale un pepino de la nariz. Pero es la foto más digna y menos guarra que tengo. Es muy difícil hacerse una foto decente con un pepino...

Nos quedamos aparentemente satisfechas...pero entonces descubrimos los yatsuhashis de platano y chocolate, y claro...nos acabamos zampando un paquete entre las dos. Y después un melonpnan. Hambre no pasamos aquel día...no.


 

Nos teníamos que ir ya porque a las 3 p.m. habíamos quedado con los demás literalmente a la otra punta de Kyoto. Como solución fácil decidimos coger cualquier bus de regreso a la estación de Kyoto y desde allí coger el bus hacia Arashiyama. El bus tardo la vida en pasar (más de media hora)...y fue bastante aburrido. Aunque pudimos ver a una empleada de la limpieza japa quitando un chicle del suelo con las manos...que es una de esas cosas de Japón que si no las ves no te las crees -como gente barriendo el bosque...etc).


                                                                                     This is Japan, amiguitos....

Una vez cogimos el bus nos recorrimos media ciudad hasta la zona oeste de Kyoto, Arashiyama (muy recomendable, por cierto). Vero se encontraba pachuchilla con la garganta -me recordaba tanto a mi en el 1º viaje...snif-) así que mientras dormitaba en mi hombro tuve que hacer verdaderos esfuerzos para vencer el sueño...XDDD Debía ser muy cómico verme, me faltó abofetearme la cara.

Una vez nos juntamos con los demás nos fuimos a comer a un restaurante cercano, donde por un módico precio me metí un tempura udon mu rico entre pecho y espalda.


                                                              Mmmm...mierda buena. Muy buena y calentita....

Después nos fuimos al cercano Tenryu-ji temple. En este repetí y con gusto. Tengo absoluta fascinación por este templo. Su jardín, con lago y todo, es de las cosas más bonitas que he visto nunca. Y lástima de momiji...porqué he visto fotos del jardín con las hojas rojas y es una cosa que te peta la cabeza de bonito....


                 Yo es que es ver un tatami y entrarme unas ganas irrefrenables de hacerle "finishers" a la gente...XD

                                                                                     Que bonico es to....

                            Yo en pleno éxtasis fotográfico...aunque las fotos nunca captan ni la mitad de lo bonito que era

                                                                            Yo modo Zen...

Nos tiramos allí bastante rato, reposando frente al jardín, haciendonos fotos chorras en los tatamis...la verdad es que es un sitio para visitarlo sin prisas. Tanto nos entretuvimos que cuando salimos de allí casi se nos estaba haciendo de noche!!! y llegamos al camino del bambú (otra de las maravillas de Kyoto) cuando ya estaba medio oscuro, lo cual le dio al recorrido un aura especial...dicho sea de paso. Llegamos a lo alto de la montaña y había unas vistas estupendas del rio, con un paisaje que parecía recién sacado de "El viaje de Chihiro".... Lo malo fue que mientras bajábamos se nos hizo completamente de nochee!!! tanto que si no llega a ser por las linternas de los teléfonos no se como hubiésemos salido de allí dentro...



La ya mítica "foto de las ranas"


 Un poquito de bambú...

 

 Vistas desde el monte....


                                      Gatico simpático que nos encontramos en medio de la oscuridad...


Para volver a casa optamos por una linea de metro que nos llevaba directamente a la Kyoto Station y que además nos entraba con el JRP. Iba petada de gente, eso sí, así que alguno vivió allí su primer "momento metro" a la japonesa (aunque no se de que se asusta nadie, que yo el otro día en BCN con la huelga de metro fui mucho peor...)


Cuando llegamos a "nuestro barrio" pasamos por el Lawson y cada cual escogió su cena. (a mi se me antojaron unos pinchitos de dangos dulces...) y además compramos una botella de sake para tomárnosla juntos en la habitación del ryokan, donde tras comentar las jugadas del día y echarnos unas risas nos fuimos a dormir ya que al día siguiente nos esperaba una jornada de infarto....

                                                                           El super ejercito gatuno de Anna...

                                                                                  Dándole al sake cosa fina....

                                                                                              KAMPAI!!!


Y en el próximo capítulo...chan chan...el misterio de Inari y los insectos...los Fatalities de los ciernos de Nara y un restaurante "sospechosamente económico" en Osaka....XD