Haciendo planes...

domingo, 24 de mayo de 2009

A pesar de que mi precaria situación económica actual no me permite hacer grandes planes para mi próximo viaje a Japón...ni mucho menos ponerle fecha...no significa que no piense en ello, y a mi manera voy haciendo planes...para cuando llegue ese momento. Supongo que es mi manera de mantener el sueño vivo, el hacer planes...

Como quiero mantener relativamente vivo este blog...(pues necesitaré hacer uso de él cuando el sueño del "retorno" se haga más palpable...) he decidido que iré apuntando aquí todas aquellas cosas que quiero hacer en el segundo viaje. Algunas son cosas que ya hize y quiero repetir, otras son cosas que no tuve oportunidad de ver/hacer en el 1º viaje y que tengo pendientes. Y otras...nuevos lugares que visitar que voy descubriendo. El haber visto ya los sitios "obligatoriamente turísticos" me da cierta libertad de cara al segundo viaje...

Pero no me enrollo más y voy con la lista (que irá aumentando a medida que vaya añadiendo cosas).

PLANES PARA MI 2º VIAJE A JAPÓN

-Ir en otoño.
-Ir a Hiroshima, y visitar la isla de Miyajima (si puedo, hacer noche en la isla...)
-Visitar Kawagoe, una pequeña ciudad cerca de Tokyo que conserva gran parte de la arquitectura tradicional de la época Edo.
-Ver el Fuji de cerca. Ya no digo subirlo...pero si estar cerquita, que la última vez sólo lo pude ver desde el Shinkashen.
-Visitar el balneario Yunessun, y echar un vistazo a Hakone ya que estoy allí. De hecho todo lo anterior puede juntarse (ver el Fuji, excursión y balneario en la zona de Hakone)
-Visitar la Tokyo Tower: Lo sé...es un poco parida, pero durante nuestra estancia en Tokyo sólo pude divisarla de lejos el día que fuimos a Odaiba...y me supo a poco.
-Volver a Odaiba con más tiempo...para pasar allí el día. (Me pareció una de las zonas más curiosas y entretenidas de Tokyo.
-Visitar la montaña Nokogiri. Allí se encuentra el Buda de piedra más grande de Japón...y por lo poco que he podido leer sobre ella me recuerda al monte Shosha...esa sensación de espiritualidad que sólo se siente en ese tipo de lugares. Se encuentra a hora y media de camino desde Tokyo.
-Visitar Osaka. Dani estuvo en su 2º viaje y me habló maravillas.
-Ir a algún parque de atracciones. Tengo preferencia por "Hello Kitty Land"...soy así de moñas. XDDDD
- Ouchijuku (aunque veo difícil visitarlo porque queda algo lejos...pero me pareció curioso este pequeño pueblo totalmente tradicional y perfectamente conservado).
-Visitar Uji ... donde se encuentra el popular templo de las monedas de 10 yenes.
-Ir a hacer el burro a un karaoke.
-Superar la vergüenza de los sex-shops japoneses y comprarme algún cosplay más...
-Comprarme un kimono completo (incluidos zapatos de madera).
-Comprar...comprar...comprar...comprar XD

Ya iré añadiendo cositas...jejeje.

Mata ne!!!

5 de abril de 2008 (Rumbo a Barcelona)

domingo, 22 de marzo de 2009

No se me ocurre mejor día que hoy (justo hoy hace un año desde que nos embarcamos en esta aventura japonesil...) para "cerrar" las crónicas, contándoos como fue nuestro último día de viaje...aunque no haya mucho que contar porqué la gran mayoría de él se desarrolló en un avión. jejeje.

Por supuesto el que se terminen las crónicas no significa que quiera dar por zanjado este blog. Como voy a volver a Japón (sí o sí, jeje) necesitaré un lugar para seguir con las crónicas, y relatar los preparativos del viaje. Mientras ese deseado regreso se produce (que puede pasar desde un año hasta...una eternidad XD) me dedicaré a hablar de lo que más me gusta, que es Japón y todo lo que le rodea. También apuntaré aquí los lugares que me gustaría visitar...como van mis progresos con el japonés...en definitiva un poco de todo, intentando no desviarme del tema principal del blog.

Pero antes...remontémonos al 5 de abril del año pasado.

Nos levantamos más temprano que ningún día, a eso de las 5 de la mañana, pues aunque quedarnos era una idea tentadora, en el fondo sabíamos que era mala idea perder el vuelo de regreso a casa. Ya teníamos las maletas hechas, por lo que en no demasiado tiempo nos vestimos, recogimos todo y salimos del Edoya. Nos despedimos con la mirada de aquel lugar se en pocos días se había convertido en nuestro hogar, y se hizo extraño, muy extraño pensar que esa noche ya no íbamos a dormir en nuestros futones.

Nada más salir a la calle nos sorprendió la claridad. No en vano estábamos aún en "el país del sol naciente", y nadie hubiese dicho que eran las 5 de la mañana. Eso sí, la tranquilidad de las calles era abrumadora, sólo de vez en cuando nos cruzábamos con alguna japonesa que regresaba a casa con aire cansado, renqueando en sus tacones...seguramente volviendo de una noche de bares...De camino entramos en un Lawson y compramos las últimas provisiones para desayunar.

Cogimos el metro hasta la estación principal de Tokio, donde cogeríamos el Narita Express. No hay mucho que contar sobre este rato, basta vernos las caras. XD

El reloj de la estación...para que veáis que no miento respecto a la hora.

Carillas largas...

Esperando el metro en la estación de Ueno

Tokio in the morning...

Antes de coger el Narita Express, algunos canjeamos nuestra tarjeta Pasmo, y nos devolvieron el dinero de la fianza. Otros, se la guardaron de recuerdo. Nuestro tren llegó con puntualidad japonesa. De hecho salió uno 2 minutos antes y...de haber estado en otro país, nos habríamos equivocado. Pero en Japón si el tren llega a y 38 min, llega a y 38, no a y 35. jejeje

Intenté mantenerme despierta en el Narita Express, disfrutando de la visión de las calles japonesas por la ventanilla, pero el madrugón dolía y acabamos todos cayendo dormidos (de hecho es inquietante como, durmiéndonos siempre, nunca nos pasáramos ninguna parada en todo el viaje, jeje)

Zzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzz

Mi último Van Houten Cocoa...snif...echaré de menos su sabor. Totalmente diferente a cualquier otro batido de chocolate.


Llegamos a Narita con bastante tiempo, pues nuestro avión aún no tenía puerta asignada. Pasado un rato, tuvimos que hacer una cola enorme para pasar el primer control de seguridad. Tuvimos suerte, dentro de lo que cabe. Sólo Meritxell tuvo algunos problemillas para pasar...de hecho, sería el inicio de un viaje de vuelta bastante caótico para la pobre...

Una vez establecido el "campamento base" en la puerta de embarque, nos dimos cuenta de que nuestro vuelo estaba un pelín retrasado. Como nos sobraba tiempo, y aún nos quedaban yenes por gastar, íbamos por turnos a dar vueltas por las tiendas del aeropuerto, comprando algún que otro recuerdo de última hora, y también comida para picar. La mayoría acabamos comprando pastelitos y dulces, pues es la típica cosa que acabas dejando para última hora por miedo a que se estropeen. Yo por mi parte también me comí una hamburguesa (rarísima, por cierto...) y compré un onigiri para comérmelo en el avión. Al final me habían sobrado poco más de 1000 yenes, por lo que guardé las monedas que me quedaban de recuerdo, junto a un billete de 1000 yenes.

Narita...enoooorme aeropuerto

Dani haciendo guardia en el "campamento base"...prácticamente sepultado por

Como véis, las bolsas se llenaron hasta el límite de sus posibilidades. Aún puedo oir costuras crujir...


Subimos al avión, y empezó la tortura. Para empezar despegamos algo más de una hora tarde...por lo que nuestro tiempo para hacer el transbordo se reducía. Meritxell, que cogía otro enlace distinto...no pudo llegar a tiempo y tuvo una movida increible para llegar a Barcelona.

De las 12 horas de vuelo...recuerdo poco, y eso que no dormí absolutamente nada (eso de que para tu cuerpo sean las 12 de la noche pero te siga dando el sol en la cara...era demasiado desconcertante XD). Como estaba en pasillo, aproveché para levantarme más y darme pequeños paseos por el avión, aliviando así las piernas de estar tanto rato sentada. Recuerdo comer muchas veces (hasta el punto de no saber que comida era la que nos estaban dando...si desayuno, cena o que...) y ver un par de pelis (dios mio que mala es "Soy leyenda"...) La verdad es que el viaje de vuelta se me hizo bastante más largo que el de ida. Pero eso es algo que suele pasar, en el de ída la emoción hace que lo vivas de forma distinta, y que disfrutes más del viaje. En el de vuelta sólo quieres llegar YA a casa. jejejeje

Montañitas japonesas


Adiós Japón...snif

Sobrevolamos zonas donde debía hacer un pelín de frío...XD

Aterrizando en Londres...POR FIN

Al llegar a Londres estábamos francamente cansados, y algo agobiados porqué no íbamos lo que se dice sobrados de tiempo para coger el enlace. Vamos, las condiciones ideales para que a una de las "entrañables" personas de seguridad se le antojara examinar el equipaje de Luis detalladamente. No sólo nos quitó unas espadas pequeñitas de juguete (que erán de plástico!!!!) porqué podían hacer daño (¿WTF! y los juegos de cuchillos completos que vendían en el avión?) sino que además fue bastante desagradable, y no se daba prisa por mucho que le insistieramos en que teníamos mucha prisa. Fue un momento para olvidar, la verdad, y el cansanció -al menos en mi caso- hizo que nos pudiésemos de bastante mal humor.

Poco después cogimos un autobús que nos llevaba a la Terminal adecuada, donde nuestro vuelo ya hacía rato que estaba embarcando, por lo que tuvimos suerte de no perderlo. Del vuelo a Barcelona no recuerdo apenas nada, pues Luis y yo caimos dormidos al instante, y no nos despertamos ni para tomar la cena que nos daban.

Y por fin...Barcelona desde las alturas. La rutina y nuestras vidas nos esperába allí abajo.


Uno de nuestros grandes miedos (la pérdida de maletas) por suerte no se cumplió, y tras esperar un ratito pudimos recoger nuestras cosas, especialmente aquel pedazito de Japón que traíamos con nosotros, en forma de regalos y recuerdos.

Nuestros respectivos padres habían tenido la amabilidad de irnos a recoger, por lo que allí nos despedimos. Se hizo un poco raro, después de haber convivido juntos aquellos 15 días, en aquel lugar tan especial que es Japón. Creo que eso formó un vínculo entre todos que nunca se perderá.

Cuando llegué a casa, intenté atropelládamente explicarle a mis padres muchas cosas...todo lo que había vivido y conocido...pero...de repente mi cuerpo me recordó que llevaba más de 24 horas sin dormir...por lo que dejamos los regalos, las fotos, las anécdotas...para el día siguiente.

Lo que sí es cierto es que uno nunca es el mismo cuando vuelve de un viaje así. Un viaje siempre te enriqueze, en todos los sentidos, y te enseña muchas cosas, sobre los demás y sobre ti mismo.

Por mi parte...no sólo dejé en Japón una gorra olvidada y un paraguas. Dejé allí parte de mi. Pero también me traje muchas cosas conmigo. Materiales y, las más importantes, las que llevaré siempre dentro. La experiencia de todo lo visto y todo lo vivido. La promesa de que aquello sigue allí esperando que algún día volvamos. Y volveremos.


FIN





4 de abril 2008: Snif...último día....sniiiif

jueves, 26 de febrero de 2009

Este fue un día de lo más extraño. Nuestro último día en Tokyo, nuestro último día en Japón antes de volver a la rutina...La verdad es que era muy fácil ponerse triste, pero procuramos sacarle el mayor jugo posible, y disfrutar hasta el último minuto.

Esa mañana el grupo se separó por primera vez. Ya desde la planificación del viaje a Judit y Jose les hacía mucha ilusión ir a ver el Gran Buda de Ushiku , una gigantesca figura de 120 metros de altura (para que os hagáis una idea, es 3 veces más grande que la Estatua de la Libertad de NY). Luis y yo, sin embargo, estábamos un poco agotados de excursiones y Budas...y nos apetecía mucho pasear por Tokio sin más...disfrutando de aquella ciudad inmensa, donde en cada rincón encontrabas algo fascinante. Y es que me quedaba con la sensación de dejar tanto...tanto por ver...

Los demás (Judit, Jose, Txell y Dani) se levantaron temprano, pues tenían que llegar a Ushiku que está a las afueras de Tokyo, y no fue hasta mediodía que nos volvimos a reunir. Luis y yo nos levantamos un poco más tarde, y disfrutamos de nuestro último desayuno en el Edoya (sniiiiif).

Después salimos del Ryokan sin muchos planes prefijados...Hacía un día estupendo, un precioso día de primavera soleado, y Tokyo nos esperaba. La sensación era fantástica. Nos decidimos por volver a Shibuya, pues la última vez que fuimos estuvimos muy poco tiempo, y además llovía por lo que me apetecía volver a echar un vistazo por allí, y volver a cruzar su famoso cruze, esta vez sin paraguas. El ambiente al llegar a Shibuya era muy tranquilo, se notaba que era día laborable, nada que ver con un domingo por la tarde, que está a rebosar de adolescentes que van de"shopping". Aún así, uno se queda embobado mirando las grandes pantallas gigantes.



Una vez allí, después de visitar el "Shibuya 109" (para ir al baño...por cierto, un centro comercial con lavabos en cada planta e inmaculadamente limpios...aynx...añoro Japón...aquí ya ni en el "Fnac" te dejan ir al lavabo sin haber comprado algo...) nos pusimos a caminar un poco sin sentido...en busca de cosas curiosas. Y sí, cosas curiosas encontramos...pero nos daba miedo alejarnos demasiado del metro, y perdernos. Y creedme, aunque suene divertido no nos apetecía perdernos los dos sólos en Tokyo. XD Así que volvimos al metro. Como habíamos quedado a mediodía con los demás en Asakusa (para volver a comer en el italiano de la noche anterior) decidimos ir yendo para allí. No habíamos visitado su templo y era un lugar con mucho ambiente, más aún con el día tan soleado que hacía. Así que cogimos el metro hasta allí. Curiosamente era la otra punta de la linea, (Asakusa estaba totalmente al otro extremo de la ciudad) pero llegamos sorprendentemente rápido (otra de las cosas que me fascina de Tokyo es lo rápido que va el metro...)

Una vez allí visitamos el templo Sensouji, que por primera vez pudimos ver abierto y a la luz del día. Había bastante más gente de la que esperábamos, normal tratándose de una zona tan turística. Nos entretuvimos comprando los últimos recuerdos para la familia en sus tiendecitas, y comprando tentempiés en los puestecitos de comida, que son una de las principales atracciones de la zona.


La verdad es que la zona estaba preciosa, en plena primavera. Las flores de los cerezos, que ya llevaban muchos días florecidas, empezaban a caerse, lo cual nos dejó estampas preciosas. Los pétalos caían en tal cantidad que parecía que nevaba, y uno no podía evitar sentirse en medio de una escena cursi de un shojo manga.


Y lo siento por el dueño de la casa y su cartel de "No fotografiar"... era demasiado bonito como para dejarlo pasar, hasta grabamos un video por si en las fotos no se apreciaba la "llúvia".



A lo tonto se nos había pasado la mañana, y nos dirigimos al lugar donde habíamos quedado con el resto del grupo. Una vez estuvimos todos juntos, además de hacer una última visita a la Totoro Shop y contarnos las aventurillas de la mañana (Dani vino emocionado porqué la hija de Miyazaki les había pedido un taxi y le habían llamado "Dani-San"...XDDDD en fin...). Nos dirigimos al restaurante italiano, que como ya comenté en la entrada anterior, estaba genial, muy bien de precio y muy rico todo. Era nuestra última comida en Japón, así que no escatimamos y pedimos muchísima comida. Incluso nos trajeron un plato de más, que aceptamos gustosamente puest...ya no iba de ahí. XD La verdad es que la mesa estaba a rebosar de comida, es una lástima que a nadie le diera por hacer fotos de aquel momento. El que si que flipó fue un entrañable señor mayor que había en la mesa de al lado (compartiendo una ensaladita con su señora), y que puso cara de alucine al ver llegar tanta comida, y nos preguntó de donde éramos (imagino que por si veníamos de algún país tercermundista o algo...XD). Por increible que parezca nos lo comimos todo, y salimos de allí más que satisfechos.

¿Y donde pasamos la última tarde en Tokio?...La duda ofende. Y así cogimos el metro en busca de Akihabara, para asaltarla por última vez. Esta vez fuimos bastante a saco, pues era el últimos día y queríamos gastar hasta el último yen en frikeo. Visitamos una librería enorme, donde pasamos mucho rato. Allí me compré tebeos de heidi...y me quedé flipada con la cantidad de Art-books que había (sí...allí hay art-books en las librerías...snif). También nos compramos varias películas de Chaplin ("Luces de ciudad","El gran dictador" y "Tiempos modernos"), que los tenían baratísimos (500 yenes=300 pesetas), y como son mudas nos nos importó que fuera la edición japonesa...Más tarde llegamos a Akihabara y entramos en varias tiendas de figuritas y frikezes en general...donde seguimos comprando casi con ánsia. XD Buscando nuevos antros de frikeo encontramos una tienda en la que vendían merchandaising de la WWE, donde nos tiramos un buen rato y Dani se compró una figuraza de Undertaker. Yo estuve a punto de sucumbir, pero estaba todo algo carillo y me controlé. Lo que yo no sabía es que, más adelante, en una juguetería entorme, encontraría un "Elmo risitas" en oferta que...no tendría más remedio que llevarme para casa, aún sin saber si me cabría en la maleta. XD

Las tiendas iban cerrando...y nos resistíamos a abandonar la zona...¡adiós frikeo! ¡adiós mundo ideal! ¡Adiós paraíso!


Del resto de la noche no recuerdo mucho...sólo visitar un "7eleven" para coger provisiones (para esa noche y para la mañana siguiente que madrugábamos muchísimo) y pasarnos muuuucho tiempo en el ryokan liados con la maleja, intentando meter todos los bultos y temiendo superar el peso máximo de la facturación...Estábamos contentos por todo lo vivido, pero no puedo evitar recordar la sensación de morriña que ya empezábamos a sentir...y eso que aún no habíamos vuelto.

Y en el próximo e último capítulo....el interminable viaje de vuelta a Barna. Snif snif.

Mata-ne!


3 de abril de 2008: Kamakura

sábado, 7 de febrero de 2009

A partir de este día el ambiente empezaba a estar enrarecido. La cuenta atrás se había puesto en marcha y poco a poco empezamos a ser conscientes de que el día de volver a España (al Tercer Mundo, al mundo sin wateres inteligentes ni vendings machine...al trabajo y la rutina...) se acercaba peligrosamente. Aún así no dejamos que nos bajara el ánimo, pues ese día nos tocaba una de las excursiones más esperadas (por lo menos para mi ^^). La visita al Gran Buda de Kamakura. Se trata del segundo Buda más grande del país (por detrás del de Nara...del cual ya hablamos en una entrada anterior) y es famoso por haber sobrevivido a un Tsunami, que se llevó por delante el templo que lo albergaba, permaneciendo desde entonces a la intemperie.


Como siempre que tocaba salir de Tokyo, nos levantamos temprano y compramos algo de desayuno para llevar e ir tomando en el tren...

(INCISO: Alguno de nuestros "aventureros" se levantó resacoso y con ciertas partes de su cuerpo amoratadas -sigo sorprendida de que a Luis el dedo no se le cayera- Y es que hacer la colada en el hotel a altas horas de la madrugada debería ser considerado deporte de riesgo....XDDDDDD)

En cualquier caso, el trayecto hasta Kamakura fue tan tranquilo y plácido como siempre. Charlando y contemplando el maravilloso paisaje.

Que bonico y que entrañable es to...con sus arbolicos y sus mini-coches...aaaaynx


Al llegar a la estación de Kamakura...andábamos más perdios que Marco el día de la Madre...así que tras dar mil vueltas sin sentido y preguntar...nos informaron de que para llegar al Buda debíamos coger otro tren, que nos dejaba allí al lado. Nuestra grata sorpresa fue encontrarnos con un tren PRECIOSO, antiguo y muy bien decorado, que hizo que disfrutáramos del pequeño trayecto casi como si fuese una atracción de un parque de atracciones. Se trata del llamado "enoden", que en 2002 celebró su centenario. Una de las particularidades que tiene (además de su diseño retro) es que pasa por unas estrechas vías que circulan MUY cerca de los edificios, por lo que te parece estar transitando por una callecita de cuento...en un tren de cuento...

El precioso diseño del tren

Vías

Conductor muy concentrado Òò

Macetitas en medio...WTF! XD

La zona era simplemente preciosa. Lástima que íbamos algo justos de tiempo. Me quedé con ganas de explorar Kamakura más intensamente...es un lugar con mucho encanto. Enseguida pudimos vislumbrar al gran Buda, impresionante entre los cerezos en flor. No nos cansábamos de hacerle fotos. Había un águila que sobrevolaba la zona...aunque llegamos pronto a la conclusión de que lo tenían amaestrado para que las fotos y los videos quedaran más molones. Además hacía muy buen día, un sol espléndido. Por lo que nos quedamos allí mucho rato, disfrutando del lugar y de la belleza de todo lo que nos rodeaba en aquella bonita mañana de primavera (suena cursi...pero es lo que mejor define como nos sentimos allí de bien).





Y sí, en esta ocasión también hubo sucesión de posados estúpidos con el pobre Buda (que paciencia tuvo...jejeje)


Por muy pocos yenes se podía acceder al interior de la estatua, que es hueca por dentro. Tras entretenernos por allí un buen rato decidimos que ya iba siendo hora de buscar un sitio para comer. La tarea no fue fácil, y tras callejear un poco acabamos por entrar en un restaurante justo al lado de la estación. (Restaurante por decir algo...era un bar Manolo con unas estatuas de dos perros vestidos de boda muy inquietantes XDDDD) Teníamos mucha hambre, pero por aquel entonces el presupuesto empezaba a escasear, así que todos optamos por el mismo plato. (El más barato). Aparentemente era "algún tipo de carne" en salsa, acompañado de un siempre suculento plato de arroz blanco. Reconozco que aquello olía bien...pero la textura de la carne nos empezó a mosquear (estaba durísima, era como comer...cartílago XD) y decidimos preguntar a la camarera, que como no sabía inglés sólo artículo la palabra "pork" y se señaló las tripas.

...Supongo que preferimos no haberlo sabido, pero al menos no tenía nada que ver con las estatuas de los perros vestidos de etiqueta. XDDD En cualquier caso el hambre es el hambre, y nos lo comimos todo (nos faltó lamer el plato). Tras la comida cogimos el tren de vuelta a Tokyo, donde la mayoría de nosotros volvimos a quedarnos profundamente dormidos (no se que tienen esos trenes...en serio...XD).

Callejoncito entrañable típico de estos pueblos

Nuestro suculento manjar XD

La decoración inquietante...

Japonesa acabando de leer un mensaje de texto muy aburrido ZZZZZZ

Luis y yo despiertos

Luis y yo dormios XD

Una vez llegamos a Tokyo, nuestro plan era volver a visitar la zona de Asakusa. Si nos dábamos prisa llegaríamos a tiempo para pillar los puestecitos abiertos, y hacer alguna que otra compra de última hora. XD Pero llegar a Asakusa se convirtió en toda una odisea. No se en que momento nos perdímos, que transbordo hicimos mal ni cuantas veces dimos la vuelta. El caso es que estuvimos más de una hora dando vueltas por los subsuelos de Tokyo...algo perdidos en el mar de gente que iba y venía...Total, que cuando llegamos a Asakusa las tienditas de la calle principal ya estaban cerradas. Aún así, y ya que estábamos allí, nos pusimos a explorar la zona. Nos dimos cuenta de que de la calle principal salían callecitas secundarias en las que también había todo tipo de tiendas. Una de elllas, de maletas, nos fue muy útil, ya que más de uno tuvo que comprarse una maleta/bolsa extra a causa de la gran cantidad de cosas que habíamos comprado XDDDDD.

Volvíamos a tener hambre (recordemos que nuestra comida había sido....rara XD) y con pocas ganas de arriesgarnos en más "bar manolo" descubrimos un italiano que tenía buena pinta. Sin duda de los mejores sitios donde comimos. La comida deliciosa y ¡baratísima! El servicio impecable (le dabas a un botón y venía un camarero corriendo para ver que necesitabas) y la bebida era en forma de self-service, por lo que podías ir rellenándote el vaso con lo que quisieras.(la fanta de melón estaba inquietantemente rica :P) Nos gustó tanto el sitio que tomamos la firme determinación de volver allí al día siguiente (nuestro último día, snif).

Tras cenar volvimos al ryokan, y confirmamos de nuevo que en cualquier momento Japón puede sorprenderte. Encontramos un señor japo con el típico pañuelo atado a la cabeza! XD Parecerá una chorrada, pero este detalle tan "manga" nos hizo mucha ilu. Tras volver a asaltar el 7eleven (para sacar algo de dinero, que ya escaseaba, y de paso comprar bollos y paridas varias)

Callejeando por Asakusa...


Abuelo con niño recién salidito de un "manga"


Y hasta aquí un día más. Ya queda poco para terminar las crónicas. Joooooo. Snif snif.

MATA-NE!!!